Emprendedores incomprendidos
El emprendedor social
es visto como un «bicho raro» en el ecosistema empresarial.
Para muchas
organizaciones, empresas, inversores y hasta para el propio Estado no está
claro qué es el emprendedurismo de ese tipo, razón por la que sus impulsores
tienen dificultades para sostener sus proyectos.
En
una definición rápida, los emprendedores sociales aseguran que sus iniciativas
son la combinación de la ONG y la empresa tradicional. Se propone una solución
alternativa para un problema macro (la energía, la salud, la educación, el
trabajo), desarrollando un modelo de negocios que busca generar impacto en la
sociedad y ser sustentable.
Este
fenómeno se ha constituido en un cuarto pilar (con el ámbito privado, el ámbito
público y la sociedad civil como los otros tres), y se presenta como otra
alternativa a la clásica filantropía o la más reciente Responsabilidad Social
Empresaria (RSE) practicada por las compañías.
Quienes
encabezan proyectos de este tipo enfrentan la desconfianza o la
incomprensión de otros interlocutores que no saben de qué se trata. Incluso, la
legislación no tiene una figura jurídica que reconozca a un emprendimiento que
no sea o una ONG o una empresa tradicional,
Ese
desconocimiento, la falta de una red de contactos local y que los
emprendimientos no generen un retorno económico inmediato «dificultan la
incubación de los proyectos» de matriz social.
Generalmente, los
emprendedores suelen recibir una mirada descreída de «gente que dice dónde está
el negocio» en eso o «por qué no son una ONG» La respuesta de los
protagonistas es que su foco no está puesto exclusivamente en la ganancia económica.
Valentina
Quagliotti, fundadora de la productora audiovisual Ikusi, indica que el
emprendedor es visto sólo desde una perspectiva de lucro y no como alguien que
puede albergar simultáneamente un interés social para su proyecto.
Ikusi
(que significa ver en vasco) nació como un trabajo final de facultad pero con
el tiempo se convirtió en un proyecto de vida. El rol social de la productora
está «en contar historias reales de personas que se benefician de
organizaciones civiles con el fin de hacer visibles a esas organizaciones y
motivar a hacer cosas al público» por su comunidad.
En
su opinión, «el problema que tenemos es que no se termina de entender qué es el
emprendedurismo social porque es algo nuevo». Eso repercute en la falta de
fondos y apoyos para este tipo de proyectos.
Uno
de los apoyos que se reclaman es el del Estado, por ejemplo, a través de
licitaciones que consideren la propuesta de los emprendimientos sociales y el
valor agregado de su oferta. En realidad, se trata más que vender un producto o
servicio; «estás vendiendo un proyecto». Fuente : Redacción El País en Uruguay.
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