Libro seleccionado. Muy interesante:

¿Cómo saber si tu negocio es viable?


Éstas son algunas claves:

1.- Definición, claridad y exactitud
Y tener claro cuál va a ser, desde el principio, el producto o servicio a desarrollar y qué objetivos se persiguen con él. Detectar a qué segmento de clientes es posible dirigirse dentro del universo de consumidores, analizando qué necesidades cubre o qué satisfacciones potenciales podrá aportar a los futuros usuarios.
2.- Cubrir una parcela de mercado sin explotar
De los cientos de emprendedores con ideas que llegan cada año a la Fundación Incyde -para el desarrollo de empresas-, de las Cámaras de Comercio, el 80% tiene que ver con empresas de servicios. Sectores como el de la tercera edad: residencias, ocio, productos específicos; la tecnología más puntera; el ocio personal; o los servicios en general de desarrollo y crecimiento personal, como la formación, parecen ser los que más posibilidades de futuro tienen, según los expertos.Aunque siempre una buena idea puede generar una necesidad.
3.- Concebirla dentro de un sector conocido
Si se conoce a fondo un sector, bien por haber tenido experiencia profesional en él, bien por hobby, las posibilidades de generar una idea y de que ésta funcione son mayores.
4.- Analizar la competencia y el mercado
Se trata de profundizar en el estudio del mercado -volumen, tendencias y características-, legislación, competidores, tipos de productos disponibles que supongan competencia directa o indirecta. Preguntarse qué buscan los clientes en estos mercados; cuáles son sus actitudes, motivaciones y expectativas; cuáles son los hábitos de uso; o quién compra y quién influye en la decisión de comprar
5.- Enfrentarla a sus potenciales competidores
Es el momento de poner frente a frente la idea con el mercado potencial, intentando descubrir por qué los clientes van a adquirir nuestros productos o servicios, si también los pueden adquirir a la competencia por el mismo precio, e incluso con un precio inferior.Se han de analizar y tener en cuenta las ventajas diferenciales que los futuros clientes pueden encontrar en el proyecto.Analizar posibilidades, recursos y capacidades. Se trata de trasladar la idea al mercado para probar las reacciones de los ya inminentes clientes ante el nuevo producto o servicio.
6.- Comprobar que está respaldada por el espíritu empresarial
Lo importante es la persona y que ésta tenga ganas; sin esto, aunque sea una gran idea, el negocio no puede funcionar. Dicho de otra manera, hay ideas descabelladas o imposibles que, matizadas, complementadas o, en parte, disfrazadas, si detrás hay alguien con alma de empresa, pueden acabar funcionado.
7.- Una idea no es para siempre
Deberá evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos y mercados.
8.- Franquicias, otra fórmula
Sin tener idea alguna también se puede crear una empresa, con el sistema de franquicias. De este modo, dos personas -franquiciador y franquiciado- se ponen de acuerdo, de forma que el primero aporta la idea y el segundo crea el negocio, según las condiciones que diseña el primero.
Este es el caso de la mayoría de las cadenas de comida rápida, lavanderías, lavado de coches, etcétera. El franquiciado se beneficia de una idea ajena, innovadora y, a veces, genial; un negocio que ya ha sido testado en el mercado y se conoce su rentabilidad; con apoyo en temas legales, de márketing, etcétera; y con ventajas de estar integrado en un grupo, con mejores precios de compra, publicidad compartida y otras.
Aunque se cumplan todos los requisitos, sigue sin existir un 100% de seguridad de que la idea tenga éxito. Sólo el tiempo lo dirá, aunque el riesgo se puede reducir sensiblemente.

De cualquier forma, una idea de negocio la tiene cualquiera. Otro asunto distinto es ponerla en marcha y, el colmo, que funcione y, además, perdure.
Vía: unviersa; blogalaxia, tags:

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